A ciencia cierta no hay datos certeros sobre el origen de la pasta, pero la historia gastronómica italiana la tiene como nativa. La primera referencia data del Siglo XII.
En el Siglo XV la pasta se consideraba un plato de ricos, y tenía un puesto destacado en los banquetes de la aristocracia del Renacimiento.
Y en lo posterior se convirtió en platillo nacional aunque la pasta se combinaba con ingredientes que hoy resultan sorprendentes, sabores dulces y picantes de especias.
Y CASA ROLANDI recurre a la historia para seguir sorprendiendo con una mezcla de ingredientes insólita.
Tagliollini negro es una de las pastas más representativas del Sur de Italia, que CASA ROLANDI sirve salteada con mariscos, salsa de tomate, basílico y mantequilla.
Bucatini con albóndigas de wagyu en salsa de vino tinto y trufa, es la pasta más sofisticada del menú del chef Daniele Müller.
Linguini alle Vongole, con almejas, ajo, salsa al vino blanco y perejil es otro clásico indiscutible, y la lista es interminable para este espacio.
Sin embargo, hay de trasfondo un arte en la pasta que CASA ROLANDI elabora artesanalmente, y no es cualquier cosa. Es una tradición minuciosamente estudiada y ejecutada. Así que atrévete a comer la pasta que vuelve a su origen.