AHIE TÉLLEZ, una de las más prolíficas y mediáticas chefs de todo el país, juez del afamado programa MasterChef, conductora de diversos programas en el canal elGourmet, es la única mexicana cuyo nombre ostenta un híbrido de maíz azul: el H303 Zahie
Zahie ¿Cuándo descubriste que eras Oveja Negra?
Cuando me fui de mi casa a los 16 años y nunca más regresé. Dejé mi vida de Mazatlán, siempre quise hacer algo más y me fui a CDMX.
Acabé la preparatoria en un año y medio y entré a la universidad cumpliendo los 18 años. Mi papá estaba en el ácido porque no quería que me fuera primero de la casa y mucho menos que estudiara Economía. Acabé estudiando Economía, Ciencias Políticas y Cocina.
-Zahie ¿cómo te describes con 3 adjetivos?
Inquieta, perseverante, disciplinada e intensa.
-¿Cómo de economista politóloga fuiste a dar a los fogones?
Cociné desde los 9 años. Mi papá me ponía un banquito y me ponía a cocinar; soy muy glotona. Así que creo que de las ganas de comer entré a la cocina. Quería formarme en una carrera que me gustara, y fue la Economía. En el “inter” me hacía falta una parte, y la complementé muy bien con Ciencias Políticas. Cuando terminé de estudiar trabajé 9 años en la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. A los 33 años dije ahora sí voy a regresar a lo que siempre me ha llamado tanto la atención y que es mi pasión, la cocina, que siempre estuvo presente en toda mi vida. Esa fue la segunda vez que me pronuncié como Oveja Negra.
-Tu formación culinaria…
Estudié gastronomía en el Instituto Gastronómico Letty Gordon, partí después a Italia a hacer un diplomado en artes culinarias. Al regresar a México, trabajé como chef en el restaurante Salotto. Duré solo dos años… porque me corrieron. Yo no sabía qué estaba pasando. Era la primera en llegar y la última en irme, de hecho casi me cuesta el matrimonio. Realmente mi pasión de verdad era estar ahí, crear nuevos platillos, estar con los comensales, recibir a todos los proveedores. Cuando me corren, caigo en una depresión terrible y decido irme a Italia.
-El Canal elGourmet…
En el “inter” me buscan del canal elGourmet para hacer un casting. Les digo que no, porque yo tenía mi boleto de avión. Fueron muy insistentes hasta que les dije “si puedo cambiar mi boleto de avión por menos de $100 me quedo”. Pagué $82. Éramos 51 chefs en el casting. Y yo veía que llevaban para hacer platillos complejos como codornices. Y yo llevaba un chile relleno. Y cuando me presenté les dije “Bienvenidos a Enchilarte”. ¡Les encantó! Lo bautizó de hecho una amiga mía. Acabando el casting me dijeron que lo más seguro es que me quedara. Estando en Italia me hablan y me dicen: “Empezamos a grabar en enero”. Ya estaba ya grande, me temblaban las piernas, pero fue un reto para mí misma.

LA TELEVISIÓN & PROGRAMAS
-“Enchilarte”…
Empecé con mi primer programa, “Enchilarte”, con el chile como un ingrediente que define, caracteriza y hace único el sabor de un platillo y que es conocido como “el rey de la cocina mexicana”.
Y como soy bien intensa, le toqué la puerta a Janet Long, una antropóloga de la UNAM, cuya tesis doctoral es sobre capsicum, la sustancia que le da el picante al chile. Necesitaba saber todo acerca del chile, sabía que era una gran responsabilidad participar en un programa de televisión. No podía pararme frente a millones de personas a decir mentiras. Me costó mucho porque sabía poco de la cocina mexicana, había que prepararse para esto, y al final hice un doctorado de capsicum. Y me pasó algo extraordinario, con el tiempo aprendí que lo que me gusta es comunicar y que me encanta estar en la cámara, Imagínate qué saltos da la vida.
-Sabor a milpa…
Fue mi segundo programa. Nadie se había especializado en la milpa en un programa de televisión. Y ahí voy yo a nixtamalizar, a utilizar mi metate, molcajete, no nada más que es un sistema de cultivo, sino también toda la parte mítica alrededor de ella. Fue un programa divino. Y ahí fue cuando me dije “ya no quiero un restaurante, me quiero dedicar a comunicar”…
-Más programas..
Continuaron otros programas: “Platos de cuchara”, fue una revelación porque yo tenía en ese entonces un local con Alejandro Zárate en Mercado Roma y se llamaba Platos de cuchara, y lo que servíamos era pozole. Me habla de Argentina mi querida Vero y me dice vamos a hacer algo, y le digo ¿por qué no hacemos algo con “Plato de cuchara”? Empecé entonces a estudiar los platillos de cuchara de América Latina.
Hacía yo el ajiaco, flanes, ceviches, todo lo que pudieras comer con una cuchara.
Y es que la gastronomía no podría entenderse sin la amplia variedad de platillos hechos a base de caldos. Otros programas más: “Los favoritos de Zahie”, “Amigos a la mesa”, “Las mejores recetas Zahie”, “De Chile mole y pozole” y “Recetas caseras”.
He estado haciendo cosas con Sergio Camacho, un gran amigo mío.
Hicimos dos o tres temporadas juntos y yo veo una Zahie que se divierte, que comunica, que cocina y que conecta.
Acabo de filmar uno que no puedo decir el nombre porque es confidencial. Llevo ya 16 años.

MASTERCHEF
-MasterChef….
El chef Adrián Herrera fue el que le dijo a la producción el porqué no me invitaban. Y ellos sin dudar me conectaron. Ahí nos enteramos que venía Poncho Cadena. Los 3 somos amigos de muchos años, y hemos creado esa complicidad, ese cariño,
y creo que eso se refleja en la pantalla, porque podemos estar en desacuerdo, pero siempre hay un respeto, y la verdad a mí se me cae la baba por los 2 ¿Sabes? Nunca nos hemos visto como jueces individuales, aún cuando tenemos el carácter muy diferente, los 3 nos respetamos tanto a nivel profesional y a nivel personal que el eso ha ayudado a que el programa sea un exitazo.
-¿Cómo ha sido la responsabilidad ante nuevos talentos?
Primero que nada, es muy importante decir que nosotros evaluamos a los platillos, no a las personas.
A mí solo me ha tocado participar en dos programas en el cual tenemos a celebridades y entonces es un choque de egos. Lo importante es el saber comunicarlo a quien está frente a ti y estarle repitiendo que no es un tema personal, sino de un tema del platillo.
Nuestro trabajo es que los participantes aprendan cómo mejorarlo si no logran realizarlo bien. Y no solo ellos, sino los elespectadores, es importantísimo. Como yo soy mucho más técnica, me gusta decirles si les faltó sal, si tuvieron un error en la cocción o a la hora de mezclar los sabores, yo creo que eso nos ha ayudado mucho a que el programa sea una explosión.
-El mundo ha cambiado, y la televisión también… ¿cómo han mantenido vivo el programa y con éxito?
Nosotros los chefs, cocineros, nos hemos enfrentado a un reto enorme que es qué hacemos con los influencers de comida. Ha sido un reto enorme, enorme y lo aplaudo. Me parece que la comida tiene que ser cuestión de todos. No estoy en contra de que existan todos estos foodies y que platiquen, pero al no tener un conocimiento profundo de la gastronomía, sí pueden deshacer la reputación de un lugar, de un platillo, de un chef y eso creo que no está nada bien.

Redes sociales…
Me encantan las redes sociales, pero ojo también, porque si yo voy a publicar algún plato tengo la base. Estudié gastronomía, lo probé, sabes de lo qué estás hablando. Son cosas bien delicadas. ¿A quién le voy a hacer caso y a quién no? Entonces sí, nos hemos enfrentado un reto enorme, pero aplaudo esa diversidad.
-Restaurantera…
Es una muy buena pregunta. En 2015, el gobierno mexicano me manda a Italia a hacer una cena a puertas cerradas en la Expo Milán con una chef reconocida, con estrella Michelin, Viviana Varese, con quien empecé a tener una relación increíble. Hace 4 años decidimos abrir una sociedad con otra chef de la India, y en abril de 2024 abrimos el quinto restaurante. No quería poner nada un restaurante en México. Sin embargo, he encontrado el ingrediente para permitirme hacer lo que quiero en México y ver los negocios en Italia.
Soy una mujer que viaja muchísimo a Italia, y logramos la confianza para que funcione la sociedad a pesar de la distancia, es para mí algo muy importante, siempre me quedé con la espinita de me corrieron de un lugar, ¿sabes? Y me pregunté ¿qué pasaría si vuelvo a estar en un restaurante, pero con otras circunstancias?, y no veo descabellado en un futuro hacerme un par de años sabáticos con la familia.
SE SACÓ ¡LA LOTERÍA!
-La monetización: restaurantera, chef, comunicadora… ¡Lotería!
Yo me saqué la lotería hace muchos años, tenía 18 años y eso me permitió ahorrar y me permitió hacer muchas cosas en mi vida, así que la parte económica nunca ha sido para mí un impedimento. Pude haber dejado la universidad y dije no, porque el dinero no tiene por qué cambiar mi estilo de vida ni lo que yo quiero en la vida.
-Ya nos metiste curiosidad, ¿cuánto te ganaste?
Ay, no puedo decir, pero pude compartir a mi mamá, a mi papá, a mi hermano, a mis amigas. Viajé un montón, me compré coche, compré casa, compré terrenos, sin embargo, se me metió en la cabeza el decir nunca busques el dinero, busca lo que tú quieres ser. Y lo veo hoy en mi vida y digo wow. Pocas veces se sienta uno a reconocerse a sí mismo los logros. Y yo digo tengo 50 años, estudié lo que quise, me salí de mi casa, volví a estudiar lo que quise, tuve hijo, tuve familia, me corrieron y ¿sabes qué? Es que eso me sirvió mucho para renacer. Antes cocinaba bien mal, porque yo llegaba a quemar las cosas. La única manera de aprender es echando las cosas a perder, que te vaya mal, que falles. Y hay que saber ser, reconocerse a uno mismo para salir adelante.
Ahora, también a través de MasterChef, algunas marcas se acercan conmigo para que les haga algún tipo de publicidad, algún tipo de receta, desarrollarles productos, entonces te diría, no lo mido en algo monetario, lo mido en términos de satisfacción personal.
EMBAJADORA DE LA COCINA MEXICANA
-Promotora de la cocina mexicana a nivel internacional. ¿Cómo ha sido ese capítulo?
Es otra responsabilidad muy grande.
He tenido la oportunidad de viajar a muchas partes del mundo llevando la cocina mexicana y quizá sea la única manera que tengan acceso a nuestra cultura. Es muy fuerte. Siempre me he tomado todas las cosas a pecho, y eso ayuda mucho. La empatía yo creo que es una de las virtudes que más me ha dejado en la vida, sin duda.
UN MAÍZ LLEVA SU NOMBRE
-¿Cuál ha sido tu más grande logro en materia gastronómica?
El año pasado, por primera vez en la historia de este país, el gobierno mexicano a través del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) reconoce mi carrera y nombra al nuevo híbrido de maíz azul como H303 Zahie, por iniciativa del Dr. Luis Ángel Rodríguez del Bosque, de la Dirección General. Soy mexicana, amo a mi país, estamos hechos de maíz, y cuando salió una nueva flor y me dijeron que le pondrían mi nombre, lloré de la emoción, y es que nadie en México tiene un maíz más que yo, así que deja tú la lotería, deja tú el programa de tele, más bien ser madre y que le hayan dado a un maíz mi nombre, eso han sido mis más grandes logros, y eso es bellísimo…

MUJER
-El papel de la mujer en la gastronomía…
Desde hace 11 años la periodista gastronómica María Canabal, ideó Parabere Forum, un foro que ayuda a afianzar la influencia femenina en el sector de la alimentación. Ella se preguntaba por qué éramos tan pocas mujeres chefs las que representábamos a la industria, y lo primero que hizo fue reunirnos a varias de diferentes partes del mundo. Empezó en Galicia el movimiento hace 11 años y ahí te vamos un montón de mujeres. Y lo ha hecho ininterrumpidamente, excepto en Covid, que fue cuando lo hizo online. Todos los años nos unimos, 2 días full time para platicar de gastronomía, para pensar de gastronomía, para ver qué proyectos estamos haciendo las mujeres, y no nada más chefs, enólogas, biólogas, activistas políticas, que son mujeres y que tienen que ver en este ámbito, para ver cómo podemos mejorar.
Pero no desde una óptica de “nosotros somos las mujeres y ustedes los hombres”, sino desde una óptica de “aquí estamos nosotros para equilibrar, no para competir”, porque el talento culinario no tiene nada que ver con el género.
-¿Cuál es tu papel en Parabere Forum?
Soy la corresponsal de Parabere Forum en México, cada año nos reunimos con todas estas amigas, y es una manera de poner mi granito de arena. Si en México por ejemplo hay un evento gastronómico y hay puros hombres, nosotros levantamos la mano para que nos inviten y no se pierdan de esa experiencia que es tener a una mujer en su cocina. Pensamos de manera distinta, percibimos las cosas de manera distinta, no es que seamos mejores o peores, es que lo masculino y lo femenino deben de estar siempre de la mano. Y es un hecho lamentable, representamos un porcentaje bajísimo a nivel mundial de mujeres que lideran las cocinas.
-Paradójico…
Si tú piensas, la primer chef con la que tienes contacto en esta vida es una mujer, que es tu madre o tu abuela. En muy poca medida son los padres los que cocinan. Y cierto, paradójicamente a las mujeres siempre nos han dejado aparte y no debería, porque somos igual de capaces, con hijos, sin hijos, creo fielmente que debemos seguir luchando para que encontremos esta paridad, porque sigue siendo muy disparejo y hay que alzar la voz y decir “estamos aquí”.

-¿Cuál es tu aportación hacia las nuevas generaciones?
Fíjate que a raíz de MasterChef hay un segmento de la población que me empezó a seguir en las redes mucho como modelo a seguir, entre los 15 y 25 años, en donde me escriben todos los días, “chef, quiero ser como usted, Estoy estudiando en la prepa, en la secundaria, en la universidad, ya encontré los ánimos”. Creo que la gente ve en mí a una mujer muy segura de mí misma. Y yo les digo a ellos que deben de confiar en sí mismos.
-Tu consejo a las nuevas generaciones..
Yo les digo, “no copien, véanse ustedes interiormente, porque esa fuerza interna va a hacer que hagas lo que hagas, vas a ser de verdad única en el mundo e imparable”. Entonces, esa es mi responsabilidad, que las chavas que quieren estudiar cocina no sigan una idea o un modelo, sino que digan “esta soy yo y que crean en ellas mismas”. Y bueno, la comunicación es tremenda y bendito también estos monstruos, estas plataformas, estos programas que te permiten transmitir, inspirar y crear. No es fácil, sí hay que estudiar mucho. Cuando estudié me tuve que ir a Italia y no fue hace tanto tiempo (2006). En México ya había escuelas, pero quería hacer algo más. Y desde entonces yo sigo estudiando, sigo viendo masterclasses, sigo leyendo libros, sigo comiendo en muchos lugares y sigo metiéndome a clases de cocina. Yo creo que la cocina sigue evolucionando porque es algo vivo. No debemos sentirnos que uno lo sabe todo, porque entonces es ahí cuando empiezas a acabar, creo, tu propia tumba.

ESTRELLAS MICHELIN
EN MÉXICO
-¿Qué significa para ti el ingreso de la Guía Michelín a México?
Le aplaudo. Creo que la cocina mexicana no necesita ningún reconocimiento, sin embargo, gracias a la Guía Michelin o al 50 Best of The Bes o cualquier de estas guías, es indiscutible que la ponen en el mapa mundial. Hay ciertos estándares que le van a decir a la gente en dónde van a comer muy bien, en dónde vale la pena hacer todo el viaje por su oferta gastronómica. Y eso es bien importante, tener más información y comparar con ciertos estándares cómo está la gastronomía nacional en el mundo. Y te digo, nuestra cocina o la de cualquier país es de las cosas más hermosas que tienen, pues te cuentan mucho de cómo somos nosotros los mexicanos, los italianos, los peruanos, los franceses.
-Como chef ¿Qué deberías de confesar?
Ay, Dios mío, necesito más agua como en este lugar tan maravilloso que es Cancún para inspirarme, para crear. Y es que yo haciendo televisión quito una parte de mi vida que es Zahie cocinera para seguir creando y esa creatividad la he minado mucho.
Entonces sí tengo que confesar que me ha costado mucho trabajo, pues así como me fascina comunicar, también me fascina cocinar.
-¿A dónde te gusta cocinar más?
Da igual, frente a la tele, frente al amigo, frente al esposo, frente a mi mamá, frente a mi papá, frente a mi hermano, frente a mi hijo, da igual, el cocinar, no importa cómo ni a quién.

ZAHIE AL DESNUDO

-¿Qué aprendizaje te dejó el Covid?
Soy una mujer muy inquieta, ando de aquí para allá cocinando en eventos, viajando. Y de repente me quedé en mi casa en 4 paredes. Y dije: “¿Qué sabe hacer Zahie? ¡Cocinar!
Una amiga mía del ITAM me dice “Oye, pasé por Reforma y hay mucha gente en situación de calle, ¿por qué no te organizas algo para ellos?”. Le hablo a mis demás amigues, como que nos pusimos de acuerdo y me dijeron te depositamos para que les cocines y les puedas llevar algo de comer. Al inicio la gente no quería aceptar la comida porque no sabían si estaba envenenada. Me costó mucho trabajo, pero todo se fue dando así. ¿Si tú me preguntas qué te gustaría en la vida? Pues que no hubiera hambre en el mundo. El proceso duró 2 años, e incluyo también que yo vendiera comida. Tuve mis limitantes: esfuerzo físico, monetario y emocional, pero me ayudó terapéuticamente a no enloquecer con mi esposo y mi hijo. Al final del día creo que la pandemia me dejó un gran aprendizaje: una gran humildad.
-Zahie si hubiera alguna película con la cual se reflejaría tu vida, ¿cuál sería?
Es complejo. Pero sería alguna que el persona soñadora, tenga que vivir al máximo, como si fuera el último día de su vida.
-¿Cuál es la canción que desnuda tu alma?
No hay una en particular, pero sería alguna de salsa porque me parecen ¡ricas y picantes!
-Zahie ¿Cuál ha sido el punto de quiebre más fuerte en tu vida?
Cuando murió mi mamá. Yo tenía 30 años y ella 50, fue muy fuerte, murió en mis brazos. Le dio cáncer de pulmón, y la tuvieron que entubar porque se está ahogando. La metieron a terapia intensiva. Mi hermano me dijo que no quería verla, que quería llevarse la imagen de mi mamá diferente. Y le dije: “Güey, yo no la puedo dejar sola”. Entonces llegué con ella, la agarré las manos y le decía “no me dejes, te quiero mucho, te falta ver a tus nietos”, y de repente, yo no sé, Mariana, le digo a mi mamá: “Ya vete, no necesitas este cuerpo, te amo muchísimo, yo sé que nunca me vas a dejar”… Yo no sé de dónde agarré esa fuerza para decírselo. Descansó, llegó la enfermera y me dijo: “tu mamá ya no está”. Y por muchos años me sentí de la chingada, me sentía bipolar. Sin embargo, entendí que fue lo mejor que pude haber hecho, soltarla, dejarla ir para que ya no sufriera…
-Mujer…
Es un rollo esto de ser mujer. Ser madre, ser esposa, ser empresaria, ser conductora. Yo soy madre por adopción y Mariano cuando llegó a mi vida tenía 5 meses y desde entonces no duermo. Pero lo tengo contento, lo apapacho, le doy de comer en la casa, es el rey, ¿sabes? Pero he tenido la fortuna de compartir esta vida con alguien que es increíble. Alberto no tiene nada que ver con la gastronomía, es ingeniero, es como muy sistemático, tiene otra mentalidad y yo estoy loca. Te ajusta, te programa y hay una comunicación muy buena y también mucho respeto. Yo creo que si me hubiera casado con alguien que me dijera no puedes irte a estudiar, no puedes hacer esto, hubiera durado 2 días. El hecho de que yo lo respete y él me respete ha hecho que llevemos 25 años de casados.
-¿Cuál ha sido tu peor error?
Irme de mi casa tan chica me hizo muy independiente muy pronto en la vida. Yo creo que fue un error garrafal. Me hizo aprender muchas cosas, pero era muy chica, yo pensé que de verdad yo las traía a los 16 años. Ahora digo chingao cómo no me quedé más tiempo en mi casa, de eso me arrepiento mucho.
-Tu mayor acierto…
Mi mayor acierto, creer siempre en mí. Agarrar y decir quiero hacer esto y hacerlo.
-¿Gallina vieja hace mejor caldo?
Sí, claro.
-¿Con qué platillo has seducido sexualmente?
Mira, al final no es el plato, es la intención, porque tú hasta con una quesadilla puedes hacer millones de cosas. No nada más es el acto de comer, es el acto de seducir, el acto de envolver… Hay muchos más sentidos en la comida que nada más el olfato y el gusto. Pero yo a mi marido te puedo decir que le hice un plato y me pidió matrimonio: el Bœuf bourguignon, un plato francés a base de carne, vino tinto, hongos.
-¿Qué se te ha quemado?
Más allá de las tortillas, el agua, el mole, ¡la paciencia! Soy muy impaciente…

¿Qué tienes en el congelador?
Más libros. En 2023 publiqué el primero, “Mi historia a través de los Sabores”, de AmbarEditores. Empiezo el libro con las recetas de mi abuela.
Y yo viendo a mi abuela Lupe cuando era pequeña, mi mamá y yo. Es un libro que le hago a mi hijo Mariano, como una manera de contarle su historia de vida, porque él ya no conoció a sus abuelas. Tiene toda esta carga emocional recetas que conectan una con otra, de mundos tan diferentes, porque no era lo mismo la abuela rica que la abuela no tan rica, o que mi mamá que estaba como muy lejos de su familia, o que yo que estuve entre Italia y México. Es un libro que me destapó muchas cosas, entre ellas el seguir escribiendo.
-Si fueras un ingrediente, ¿cuál serías?
¡Maíz! Hacemos atoles, pinoles, se comen las semillas de la mazorca, se utilizan las hojas secas, las hojas frescas, los pelitos del elote, o sea es una planta bien completa en donde se aprovecha todo. También me veo como un poco de picante, como un chile verde, en todos lados cae muy bien.
-La cereza del pastel en tu vida…
Mariano, mi hijo, sin duda alguna.
Ya tenía programa de televisión, ya tenía éxito, pero él vino a hacer la cereza del pastel, a ser todo lo que más he querido en la vida, porque además soy madre activa. Fui con el doctor aquí, con el brujo allá, me tomé esto, hice no sé cuántos in vitros, me fui a ver al doctor en Nueva York, me leí la carta astral y me dijeron “eres como el rey Midas, todo lo que toques, lo vas a conseguir, excepto la Casa 4, que es la casa de tus hijos”. Y yo ahí le hablé al marido, le dije “a la chingada ya con los tratamientos, vamos a adoptar”. Eso fue como mi gran cereza, es un niñazo.
-¿A qué le echas muchos huevos?
A la vida misma, a todos los días. Ahorita te he hecho partícipe de mi parte bonita, pero tú no sabes las depresiones, cuando se murió mi mamá, cuando sientes que la vida no sigue, cuando te sientes mal. Entonces digo, claro, hay que saber también estar ahí y hay que echarle huevos para seguir adelante, si no, ahí te quedas en la depresión o te quedas como en glorias pasadas. Entonces es a la vida misma que le tienes que poner un chingo de huevos.

-¿Qué palabra te tatuarías?
Soy bien mal hablada, y te voy a decir aquí mira en el músculo me tatuaría “eso chingona”…
-¿Cuál es tu grosería favorita?
Estás bien pendeja para todo mundo. Hasta me pendejeo a mí misma.
-¿Cuáles son tus placeres culposos?
Hay veces cuando tengo mucho trabajo, estoy saturada, prendo la tele a ver lo que sea y me siento después culpable porque digo chin, puedo leer un libro, puedo escuchar música, puedo hacer algo…
-Zahie ¿cómo vives tu sexualidad?
Muy abierta, muy abierta. Y fíjate tú que yo empecé con mi vida sexual grande, ya tenía yo como unos 23. Un día le dije a un amigo, “ya quítame esta madre, yo ya estoy en la universidad”, entonces bastante abierta. Nunca, nunca me he quedado con esa preocupación de ¿voy a llegar al orgasmo? Y le digo a mi marido “Alberto, aviéntate de cabeza del closet”, y el güey ahí va. Es bien bonito cuando tienes esa comunicación.
-Si fuera tu última cena, ¿cuál sería?
Tostada de pata con consomé y tacos de barbacoa con salsa, un tequila y ya, que sea lo que Dios quiera.
-A propósito si vieras a Dios por primera vez, ¿qué le dirías?
Le preguntaría por mi mamá. Me ha hecho falta muchos años. Fíjate, mi mamá tenía de muerta 10 años cuando llegó Mariano a mi vida y veníamos con el coche de regreso porque fuimos a recogerlo. Volteo con Alberto y le digo “Güey, se nos olvidó hablarle a mi mamá”. Se me queda viendo, y me contesta: “Qué bueno que no le hablase, porque no hubiera contestado”. Ahí me cayó el 20 que no estaba.
-¿Qué te gustaría dejar como legado?
Me gustaría seguir escribiendo libros y decirle a la gente que sí se puede al final cumplir los sueños. Yo dejé todo, todo, mi casa, mi marido, mi vida, por perseguir un sueño y que ahora tenga yo este éxito, se me cae la baba. Entonces me gustaría dejar como legado que la gente vea en mí algo que sea ese motivo en sus vidas de decir sí puedo, si pudo esta mujer, ¡yo también!
-¿Qué te gustaría que dijera tu epitafio?
Llegó, comió, cocinó, hizo lo que quiso y se murió. Y que me canten ahí El sinaloense.
-Zahie, hoy te declaras Oveja Negra por…
Porque rompí con todos los esquemas: en la edad, en el género, en lo que hago y como Oveja Negra me voy a morir.
