EN LETRA CHIQUITA: Debiera haber una ley que obligara a los políticos a irse del país cuando terminen su mandato. Eso nos ahorraría el lamentable espectáculo de ver a Enrique Peña Nieto en revistas del corazón, del brazo de su ligue actual, la güerota potosina, sin mostrar ningún rubor por el país que dejó en ruinas. En eso, hay que recocerle a Remberto Estrada su prudencia: se fue a vivir a Miami (de hecho, ya vivía allá cuando aún despachaba en Palacio Municipal), donde sigue ejerciendo como el junior que nunca dejó de ser. Coches deportivos, chicas guapas, cero preocupaciones y muchas visitas a las discotecas, un ambiente natural de donde nunca debió haber salido