El deseo de celebrar el 50 Aniversario de Cancún han generado muchísimas propuestas, como organizar fiestas, traer artistas, construir monumentos, publicar libros, e incluso componer un himno de la ciudad.
De todas, la que me provoca mayor perplejidad es la de DISEÑAR, O ADOPTAR, O PROMOVER UN TRAJE TÍPICO, para luego organizar desfiles de modas y campañas de promoción.
Típico viene de la palabra tipo. Típico es el tipo de traje que usa la gente, de manera natural, porque pertenece a una comunidad histórica, o a una etnia. LOS CHARROS, LOS CHAMULAS, LAS CHINAS POBLANAS Y LOS VOLADORES DE PAPANTLA USAN TRAJES
TÍPICOS, y qué bueno que lo hagan, porque están transmitiendo un mensaje de identidad: no se podrían vestir de manera diferente. Pero Cancún se fundó a finales del siglo XX, y creció con migrantes de las 32 entidades DE MÉXICO Y DE MUCHOS PAÍSES.
En consecuencia, no existe un traje típico, porque aquí lo más típico son las sandalias, las bermudas y las camisetas. Cualquier otro cosa, aunque tenga la etiqueta de típico, no es factor de identidad.
Cancún tiene una cultura multifacética, producto de muchas visiones, y una identidad en formación. Eso no se puede acelerar con parches ni ocurrencias. Porque hay algo mucho peor que una identidad débil, y esto es… ¡una identidad falsa!