Hay muchos tesoros culinarios que existen en nuestro país, algunos nacientes miles de siglos atrás, y que siguen vivos gracias a la cultura culinaria que aún abunda.
Sin embargo, hay recetas que nacen en momentos más contemporáneos y se han convertido en leyendas vivientes, como es el caso del Mole Rosa de Taxco.
Este Mole Rosa aparece en la escena culinaria en la década de los 80’s, cuando Alicia Gironella participó en un concurso gastronómico en la Ex Hacienda del Chorrillo, importante destino platero guerrerense del periodo colonial.
Alicia preparó el Mole Rosa, inspirado en la cantera de la Parroquia de Santa Prisca de Taxco, y en los moles tradicionales de México, y su receta resultó ganadora del concurso.
He respetado la receta de Alicia Ginorella publicada hace muchos años en “El Gran Libro de la Cocina Mexicana Tomo 3”.
Sin embargo, admito no haber tomado todo el betabel que la receta pide porque puede quedar muy rojo, y de no haber rellenado la pechuga de pollo con un preparado muy sencillo de granos de elote, y que no tenía otra cosa más que ajo, mantequilla y cebolla. Añadí en el emplatado una hoja de plata que le hace homenaje a Taxco por su tradición minera.
Y desde entonces he servido el Mole Rosa en múltiples ocasiones en homenaje a Alicia Ginorella, una extraordinaria mujer que le ha dado un gran legado a México, como exponente, investigadora y promotora de la gastronomía nacional ¡HABLANDO AL CHILE!