La gente está enfrentando el agotamiento pandémico con diversos métodos: desde los comestibles con marihuana pasando por el ejercicio, la glotonería hasta la lectura del Éxodo.
NO ES UNA BROMA. Por supuesto que, en este año tan malo, hay diversos grados de pérdida: pérdida de hogares, de salud, de ingresos; la muerte de familiares y otros seres queridos; la ausencia de seguridad.
Nada de esto es sorprendente, dijo Margaret Wehrenberg, experta en ansiedad y autora del libro Pandemic Anxiety: Fear, Stress, and Loss in Traumatic Times.
UN AÑO DE INCERTIDUMBRE, de sentirnos azotados entre la ansiedad y la depresión, de ver cómo se marchitan las predicciones de los expertos y se retrasan los objetivos, ha hecho que muchas personas tengan la sensación de que viven en una especie de niebla, con el mundo coloreado de gris.
“Cuando las personas están sometidas a un largo periodo de estrés crónico e imprevisible, desarrollan anhedonia conductual”, explicó Wehrenberg, es decir, LA PÉRDIDA DE LA CAPACIDAD DE SENTIR PLACER EN SUS ACTIVIDADES. “Y así se vuelven letárgicos, y muestran una falta de interés, y obviamente eso influye muchísimo en la productividad”.
Así que la resiliencia parece escasear, especialmente porque las cosas básicas como hacer ejercicio, vestirse y hacer un esfuerzo por parecer entusiasta en Zoom se han quedado en el camino.
Algunos meditan, recurren al “alcohol o a los productos comestibles con marihuana”, caminan o retoman alguna práctica espiritual.
Sin embargo, en general, nadie sabe cómo hacer que este extraño periodo sea más llevadero. “No lo sé”, escribió una persona. “Si lo descubren, díganmelo”.