Es un tema muy recurrente al que nos enfrentamos todo cocinero: ¿hay platillos afrodisíacos? Digamos que sí… y no….
Vamos por partes. El término “afrodisíaco” proviene de la diosa griega del amor, Afrodita, a quien se le confería toda suerte de atributos amatorios, incluyendo lo sexual, de ahí la palabra que hoy nos ocupa.
Ciertamente existen sinfín de ingredientes que tienen propiedades que estimulan algunas hormonas por sus componentes que resultan en algunos casos en apetencias sexuales.
Por ejemplo, los OSTIONES, con alto contenido de zinc que activa la producción de testosterona, tanto en hombres como en mujeres, y, en consecuencia, tiene un efecto digamos positivo sobre la libido. A ello sumemos que su textura y su forma carnosa le dan una asociación sexual.
Al CHOCOLATE se le atribuye. potenciales propiedades pro-libido, las cuales se justifican por los activos que contiene el cacao, concretamente el triptófano, un aminoácido que activa la producción de la serotonina y la liberación de endorfinas, hormonas relacionadas con el placer y el buen humor, la liberación de endorfinas.
EL VINO TINTO, dicen algunos estudios, puede ser un aliado de la actividad sexual porque se ha demostrado que es un excelente vasodilatador. Es decir mejora la llegada de la sangre a todas las zonas del cuerpo, lo que sin duda favorece la erección.
Asimismo, un estudio de la universidad londinense de Kingston concluye que el vino tinto incrementa los niveles de testosterona en hombres gracias a un flavonoide en concreto, la quercetina. La testosterona es una hormona perteneciente al grupo de los esteroides que tiene una relación directa con el deseo sexual masculino y con la función sexual como tal.
En el caso de las mujeres, el vino tinto “produce un aumento de estrógenos y, por tanto, del deseo sexual”.
Sin embargo, creo yo que no hay ingredientes más afrodisíaco que la seducción, la conversación y el juego erótico… todos alimentos del alma y del deseo ¡HABLANDO AL CHILE!