La industria turística no es prioridad del Gobierno Federal, se nota en su asignación y recorte de presupuesto de Sectur: 1,774.9 mdp -13.7% menor con respecto de 2024-, y una reducción del 7.3% para la promoción de México como destino turístico.
Pero paradójicamente es la industria a la que están sangrando para descansar las partidas presupuestarias de todos los mesiánicos proyectos de la 4T, y se incluyen la de sus programas sociales.
Se han sacado del sombrero toda clase de suertes para crear nuevos impuestos, y con efectos que pudieran revertirse, como el del Derecho No Residente (DNE) a cruceristas por el orden de los 42 us en cada escala del país.
Para el Gobierno Federal, en sus cifras alegres, este impuesto generará más de 5 mil millones de pesos para México si sigue el mismo flujo de cruceristas.
PARÉNTESIS. En 2023 se registró el arribo de 9.1 millones de viajeros a nivel nacional. De estos, el 64% procedentes de Q. Roo (5.8 millones).
Esta medida suponía un acuerdo entre autoridades federales con la Asociación de Cruceros de Florida y el Caribe (FCCA). Pero no es así.
La asociación advirtió que el impuesto hará que México sea 213% más caro que otros destinos del Caribe, de tal manera que “Las líneas de cruceros ya están considerando activamente alterar significativamente los itinerarios, lo que reduciría los más de 10 millones de pasajeros y las 3 mil 300 llegadas de cruceros que se espera que visiten México en 2025″, informan en su misiva la FCCA.
El tema que sangra es que la mayor parte de los recursos que se cobra a visitantes con fines turísticos se destinará a un fideicomiso de la Secretaría de la Defensa (SEDENA) para las empresas a su cargo, y el monto restante a la Tesorería de la Federación para programas del Gobierno Federal.
Lo advierte también JOSÉ CHAPUR, una de las voces autorizadas del sector turístico, incluido dentro de los asesores de la presidenta Claudia Sheinbaum.
“(…) Hay otros destinos que están promoviendo captar más turistas, y aquí se siguen poniendo impuestos… Además me gustaría saber si se va a usar para promoción, que entiendo que no (…) Se va una tercera parte a la Secretaría de Defensa y hay una parte que inclusive queda para libre utilización de parte del Gobierno Federal, ni siquiera se etiqueta para turismo”.
Y no quiero ser aguafiestas para recibir 2025, pero se anuncia otro impuesto más a partir del 1 de enero del nuevo año.
El Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), aumentará un 2.5% la Tarifa de Uso de Aeropuerto (TUA), la más alta del mundo, a pesar de que considera que el AICM es uno de los peores aeropuertos del planeta.
Con la imposición de estos nuevos impuestos se denota la fuente de riqueza procedente del turismo. El Gobierno Federal lo tiene claro. Lo que no, las políticas públicas para fortalecer a un sector cada vez más descalabrado, ausente en la promoción internacional y débil ante otras potencias turísticas mundiales que van ganando a pasos acelerados posiciones en el ranking de preferencias de turistas.
Nos da la impresión que la visión gubernamental es de pura conveniencia. Infravalora la actividad turística cuando se trata de potenciar la actividad macroeconómica de la que pende el 8.7% del PIB Nacional.
Pero la sobrevalora a la hora de sacarle tajadas millonarias para sus propósitos a pesar de los riesgos que supone decisiones desesperadas, abruptas, para la imposición de nuevos gravámenes, a fin de tapar los agujeros de una economía en crisis.
El Gobierno Federal juega con fuego, a pesar de que el Banco de México sabe que el turismo es clave para el crecimiento de la economía de México, pues ocupa el 4o. lugar entre los 10 sectores que prevé tendrán mayor expansión para 2025… Si acaso no hay afectaciones por los nuevos impuestos.