No todo lo que brilla es oro y no todos los números son optimistas en el principal destino del Caribe Mexicano. La hotelería de lujo no la está pasando nada bien.
Existe una preocupación latente de inversionistas y hoteleros del segmento por una caída importante en sus ocupaciones, no obstante del 80.7% que se registró de enero a mayo de 2024 en términos globales, con una afluencia de turismo de 9,005,222 visitantes, de acuerdo con la Sedetur Q. Roo.
Sin embargo, la ocupación hotelera de lujo dice otra cosa. El promedio en las propiedades apenas alcanzó el ¡50%! No hay una estrategia definida para su promoción.
Resultado de esto, ha sido la creación del Consejo Asesor de Hoteles de Alta Gama de Quintana Roo, cuyo objetivo es compartir las áreas de oportunidad y desafíos que enfrentan diariamente, así como solicitar acciones específicas para impulsar la demanda del segmento de Alta Gama, ya sea Transient, Mice, Consortio y otros.
Los hoteles que conforman esta iniciativa representan en la zona una inversión de casi 3 mil millones de dólares, realizada íntegramente por desarrolladores mexicanos. En conjunto, proporcionan empleo a más de 3,500 familias y generan un impacto económico estimado de más de 1.5 mil millones de dólares en la región.
Hotel Nizuc Cancún , Hotel Waldorf Astoria, Hotel Kempinski Cancún, Hotel Kanai, Hotel Edition, Hotel St. Regis Kanai, Hotel Fairmont y Mayakoba, Hotel Conrad Tulum, Hotel Belmont, son algunas de las propiedades incorporadas a la agrupación, que pide un asiento en el CPTQ para compartir inquietudes y necesidades en cuanto a promoción, marketing y planes de acción.
El Consejo ya tiene la estrategia integral, estudiada y los planes de acción concretos y ennumerados.
Hay que ser claros. No todo se resuelve con una visión empresarial. En algunos casos -como este-, sería preferible una visión de Estado.
Y es que a nivel Federal, durante un sexenio se estuvo más preocupado en la defensa de los dogmas de partido, que en garantizar la viabilidad de las compañías y solucionar las necesidades del país.
No hay de otra. Empresas y Gobierno están condenados a entenderse y a trabajar conjuntamente en aras del progreso, y en el caso particular, en el posicionamiento del destino en el segmento de lujo que reditúa millones de dólares en la cadena de valor.