“No probareis mis labios, sin antes probar mi vino”… de entrada esta memorable frase de la Dama Sol al Caballero de la Media Luna, inscrita en su etiqueta, ya nos provoca a descorcharlo. Después su variedad, Bobal, uva de viñas de + de 40 años; su terroir, Uriel-Requena, y su Denominación de Origen Protegida.
Pero es en su nombre, BESO, donde lleva elegantemente la invitación a besarlo, a morderlo, y se deja muy bien… presenta un color rojo rubí, seduce con sus aromas a fruta negra y notas de vainilla.
Entra bien en boca, es redondo, de cuerpo medio, fresco y con taninos balanceados, con final alargado con toques de madera.
BESO es un vino para comérselo a besos.
MAURO AMATI
“Muy mordible, muy carnoso… Es buen acompañante de pasta, pizza, rissoto, carnes de ave, cerdo en ligero adobo, quesos cremosos no muy maduros”.
JACKIE JIMÉNEZ.
Sommelier “Su color cereza y ribete azulado, violáceo revela toda la juventud que tiene. Es un vino EXCELENTE, que me gustaría con un choripan o con unas buenas empanadas argentinas”.
Óscar Cadena
Conunicólogo “Este vino de Mendoza, Argentina, abrió muy bien aromáticamente hablando. Me gustó en nariz, pero más en mi boca… Y lo pienso con una tabla de quesos, carnes frías y pan recién hecho. Sí lo compro’.
EDUARDO PALOMEQUE
“Es un vino increíble en precio calidad, en nariz y boca con muchos frutos rojos, y x su extraordinaria complejidad, se nos antoja maridarlo solo en buena compañía, y con platos casuales (pizza, quesos) o con carne para asar”.
