ANTES MUERTO…: que no seguir, reconocer y promover nuestras tradiciones, y sin lugar a dudas, una de las más maravillosas de México es la del Día de los Santos Difuntos, que véase por donde se vea, conlleva la gastronomía.
Empecemos con el Pan de Muerto, elaborado de diferentes formas de acuerdo con cada región de México. El + famoso en el centro del país es el de forma redonda con decoraciones que representan los huesos y está espolvoreado con azúcar, aunque también los hay espolvoreados de ajonjolí, azúcar roja y de otras figuras como medias lunas o seres humanos que representan a las ánimas.
El pan de muerto es de índole ceremonial y se coloca en los altares dispuestos para honrar a los seres fallecidos.
Y a propósito, sí, el ALTAR DE MUERTOS es la máxima vitrina para honrar a nuestros seres difuntos, y a nuestra gastronomía, pues además del pan, en algunas comunidades del país, como en Oaxaca, se colocan platillos y frutos recolectados x mujeres en los campos y se ponen muñequitos en forma de calavera de acuerdo con el oficio de los difuntos.
Y sin duda alguna el dulce más popular en los altares son precisamente las Calaveritas de Azúcar, actualmente también las hay de chocolate o amaran, de todos los tamaños, colores, y es tradición escribir en ellas el nombre de los difuntos y ponerlas junto a sus fotografías para recordarlos.
Y no pueden faltar las flores que le dan vida a nuestra tradición, las de Cempasúchil. De color anaranjado y amarillo, es muy aromática y utilizada para crear caminos que guían a las ánimas al altar; y aunque no lo crean esta flor es comestible y se puede utilizar cruda o hervida, también en nieves y helados.
Así que HABLANDO AL CHILE antes muerto, que no difundir nuestras tradiciones…
