POLÍTICOS CON FAMA DE ACOSADORES, empresarios que explotan sin piedad el trabajo femenino, maridos que rebajan y maltratan en público a sus mujeres, machos puros adictos a la violencia doméstica, LEGISLADORES Y PARTIDOS QUE MANTIENEN PENALIZADO EL ABORTO, todos a una se unieron al coro nacional que siguió a las jornadas del 8 y 9 de marzo, para llenarse la boca enarbolando la causa heroica de la igualdad de la mujer
¡AHORA RESULTA QUE TODOS SOMOS FEMINISTAS!
Me pregunto si tanta hipocresía de verdad servirá para erradicar el México machista. Como referencia, podría citar el movimiento de igualdad de los negros en los Estados Unidos, que después de marchas multitudinarias y pacifistas (Martin Luther King), escaladas violentas y radicales (Malcom X y las Panteras Negras), y hasta un presidente de color (Obama), NO HAN LOGRADO ERRADICAR EL GERMEN DEL ODIO: SIGUEN SIENDO UNA SOCIEDAD RACISTA, CAPAZ DE COLOCAR EN LA CASA BLANCA A UN SUPREMACISTA BLANCO, Y TAMBIÉN MACHISTA (Trump).
QUÉ BUENO QUE LAS MUJERES TOMARON LA CALLE, qué bueno que mandaron a los hombres a la fila de hasta atrás, qué bueno que no fueron a trabajar, QUÉ BUENO QUE SU DISCURSO INVADIÓ LOS MEDIOS DURANTE ALGUNOS DÍAS.
Y qué malo que nos enteramos, esa es nuestra realidad, que la primera dama de México obedece dócilmente a su marido.
