Iñaki Garmendia Esnal. Experto en Seguridad Turística y Miembro del Comité de Expertos de la Organización Mundial del Turismo. OMT/UNWTO.
Cuando nos volvemos calmosos a la hora de profundizar en la seguridad (turística), tendemos a medirla. Y es que, los números no solamente forman parte de las matemáticas, sino que pueden llegar a hacer política social, de seguridad, de turismo…
Y es que estamos en un tiempo donde las cifras hacen que pertenezcamos una sociedad de puntuaciones, rankings, indicadores, ratios, likes, espigas, estrellas y soles…
Y es que estamos en un tiempo donde las cifras hacen que pertenezcamos una sociedad de puntuaciones, rankings, indicadores, ratios, likes, espigas, estrellas y soles…
Así y no pocas veces, se utilizan datos para resaltar cifras de producción y llegadas, el cuidado de la imagen y en menor medida, para poner en funcionamiento los procesos que verdaderamente se precisan.
De ahí la impresión que, cuanto más se emplean los hitos cuantitativos, más se desfiguran los métodos socio-sectoriales que debieran ponerse en marcha.
Por lo tanto, sería recomendable la reinterpretación y reutilización de unos guarismos realmente valiosos para la mejor comprensión del entorno social mexicano.
Se estaría hablando pues, de una nueva actitud interpretativa desde donde se activen y actualicen los cometidos sobre un tema tan espinoso como la seguridad y que daría paso a otra contextualización de datos, identificación de conceptos, indicadores y tratamientos, además de dar fe que todos ellos, son los más objetivos y desinteresados posibles.
Y es que, en el momento que la política se deja llevar preferentemente por los números, el modo de medir y desmenuzar la (in)seguridad se convierte en una tarea decisiva para su suerte.
Labor reflexiva fundamental para aunar voluntades y perseguir los acoplamientos de muy diversos signos.