El envejecimiento de ninguna manera puede ser una condicionante de abstencionismo sexual. No. La vejez no está divorciada de la sexualidad plena.
Ciertamente desde la aparición de la menopausia y la andropausia, empiezan a aparecer cambios fisiológicos que afectan a la función sexual.
Sin embargo, existen tratamientos para disfrutar de una vida sexual satisfactoria.
De ahí la importancia de promover un envejecimiento activo y saludable con cambios de hábitos, como alimentar la autoestima, no caer en la pasividad y el aislamiento, hacer ejercicio físico, tener una alimentación saludable y consultar a especialistas.
Definitivamente, el sexo no es privativo de la juventud. El envejecimiento y el sexo son buenos compañeros de viaje…