La política, aunque a veces así parezca, no es un reality show donde lo peor que puede pasar es dejar de salir en la pantalla. La negativa del presidente Trupm a aceptar el resultado de las elecciones no es solo un giro dramático en el último capítulo, también siembra dudas en el proceso y las instituciones del país.
JOE BIDEN, EL PRESIDENTE ELECTO, ENFRENTARÁ DESAFÍOS GLOBALES para los que le vendrá bien su experiencia de medio siglo de carrera en Washington: tendrá que sanar las relación con los aliados europeos, salvar el tratado más importante con Rusia contra la proliferación nuclear, ocuparse del arsenal atómico de Corea del Norte y, más cerca a casa, REEVALUAR LA RELACIÓN CON LOS PAÍSES DEL CARIBE, donde China ha estado vertiendo miles de millones de dólares en donaciones, inversión y otras ayudas para anclar su presencia en una región estratégica.
Biden no solo tendrá que remendar la relación de EU con el mundo, también tendrá el reto de sanar a un país fracturado y escuchar a los 71 MILLONES DE VOTANTES QUE PREFIRIERON A TRUMP, entre ellos una gran cantidad de latinos.
