Es extremadamente desgastante ir creciendo en busca del “amor de mi vida”, de mi “alma gemela”… y no encontrarlo por ninguna parte, ni en nuevos ni viejos amores.
¿Es un mito? Sí. El filósofo griego Platón escribió que los humanos alguna vez tuvimos 4 brazos, 4 piernas y 2 caras. Explicó que Zeus nos partió por la mitad como castigo por nuestro orgullo y que estábamos destinados a caminar por la Tierra en busca de nuestra otra mitad…. Y ya lo creo… la sigo buscando.
Pero la creencia en las almas gemelas está profundamente arraigada no sólo en las voces de nuestras madres, sino en muchas culturas. Y ¿sabes por qué?
Porque en nuestras circunstancias personales y nuestra psicología, existe la creencia que tenemos a una persona predestinada a encontrarla y eso es una condena para todas nuestras relaciones que tenemos “mientras llega el bueno o la buena”… ¡BASTAAAAAA!
El mito del alma gemela es realmente bueno para justificar las rupturas, las decepciones, las frustraciones, las esperanzas e incluirlas en una historia de “Ya llegará” y “viviremos felices para siempre”…
Miremos mejor a la Biblia, al cristianismo, al krisnaísmo bengalí o hasta al budismo, que en cada una de ellas nos proponen amarnos completamente, aceptarnos tal cual somos y disfrutarnos por completo, incluyéndonos a todas las OVEJAS NEGRAS, y tal vez, sólo tal vez nos encontrarnos con esa persona que tanto extrañamos.
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