Hablando de las próximas elecciones, tengo la impresión de que cualquier resultado será una fuente de descontento, de enojo, de frustración. SI GANA ANDRÉS MANUEL (eso significa, sobre todo, la mayoría en la Cámara de Diputados y dos terceras partes de las gubernaturas en disputa), sus adversarios montarán una campaña de desprestigio, alegando que no sabe gobernar y precipita el país al abismo.
SI GANA LA OPOSICIÓN (eso significa, sobre todo, poder estorbar la mayoría de Morena en la Cámara, y otra vez, dos terceras partes de las gubernaturas), el propio AMLO denunciará que hubo fraude, tratará de fulminar al INE y tendrá que sacar la chequera de la ignominia, para construir su mayoría con los partidos mercenarios.
¡Vaya democracia que nos hemos dado!
NO RESUELVE LOS PROBLEMAS NACIONALES (LA DESIGUALDAD, LA POBREZA, LA CORRUPCIÓN, EL DESORDEN BUROCRÁTICO, LA INFRAESTRUCTURA), PERO SÍ QUE CONTRIBUYE A TENER UN PAÍS CADA DÍA MÁS DIVIDIDO, MÁS DÉBIL, MÁS VULNERABLE.
