El grooming, nueva palabra que se genera en esta nueva era del ciberespacio, es una forma en que pederastas o personas dedicadas al abuso y/o explotación sexual ganan la confianza de niños y adolescentes para conseguir concesiones sexuales, contactándolas por Internet, y/o redes sociales.
Y las cifras a este respecto van en aumento a nivel mundial, como consecuencia del sexting, una práctica muy popular entre adolescentes, que deriva del intercambio de fotos, videos y/o textos de contenido sexualmente explícito a través de cualquier dispositivo digital.
Esta práctica se toma como un divertimento, pero tiene graves consecuencias de acuerdo a la Alianza por la Seguridad en Internet (ASI).
Esto en virtud de que este tipo de material no sólo puede llegar a bancos de imágenes pornográficas, sino ser usado por ciberacosadores o hasta ser víctima de grooming por el chantaje.
Profundas depresiones, y en algunos casos suicidios, por sentirse exhibidos y humillados públicamente, son otras de las graves consecuencias.
Es importante advertirles que para evitar ser víctima de los ciberacosadores, los expertos recomiendan no aceptar invitaciones ni fiarse de desconocidos en la red, ni proporcionarles datos personales.
Evitar hacer fotografías, videos y textos de alto contenido sexual, y por supuesto, intercambiarlo, incluso con gente de su entera confianza para evitar ser filtrado.
Y mantener comunicación con los menores para hacerlos conscientes de las graves consecuencias que pueden afectarlos tanto a ellos mismos como a terceras personas.
De todas las formas, el SEXO siempre debe ser SEGURO.
