EN LETRAS CHIQUITAS: No es que se haya escapado del arraigo domiciliario para irse a uno de los restaurantes más caros de CDMX a devorarse un pato laqueado. Tiene toda clase de concesiones como testigo protegido. Lo que molesta a la ciudadanía de uno de los funcionarios más corruptos de la nación, es la impunidad con la que es tratado. Es un ex funcionario imputado por lavado de dinero, asociación delictuosa y cohecho, y como si nada puede disfrutar de fines de semana hedonistas, perdonándole las autoridades su declaración patrimonial de 28 millones de dólares.