Para nadie es un secreto que si bien República Dominicana es un país “chiquito”, tiene grande todo: oferta hotelera (70,000 cuartos); 6.6 millones de turistas al cierre de 2018, inversiones por más de 4,000 mdd para los próximos años y, sobre todo, promoción internacional millonaria (se le ve estratégicamente por todos lados, y bien organizado).
Irónicamente, también el conjunto de cualidades de aquel paraje caribeño sigue seduciendo a inversionistas y empresarios cancunenses como los Chapur, de Grupo Palace, que vuelven por sus fueros a la tierra del merengue, ahora con “el monstruo” Moon Palace para Punta Cana (de 2,149 unidades, 600 mdd de inversión y apertura para 2021), y que por sus dimensiones apanicó por allá a más de uno por aquello de la competencia, pero ese es tema aparte.
A mi parecer la soberbia –o ignorancia- de los que están a cargo, no permite ver que ESTE “CHIQUITO” SE MIDE -Y BIEN-. CON LOS GRANDES DESTINOS MUNDIALES, como el propio Caribe mexicano. La reflexión debe de ir en el sentido del tamaño. porque si bien es cierto que el “tamaño no importa”, también lo es que “no hay enemigo pequeño”.
POR CIERTO ¿ALGUIEN SABE A CUÁNTO ASCIENDE EL PRESUPUESTO PARA PROMOCIÓN TRAS LA DESAPARICIÓN DEL CONSEJO DE PROMOCIÓN TURÍSTICA DE MÉXICO? ¿Y PARA EL DESTINO “ANCLA” DEL PAÍS?
COMO LOS CANGREJOS, PARA ATRÁS…