El chile habanero es diferente. Es el único con DENOMINACIÓN DE ORIGEN, y la región comprende a los Estados peninsulares (Quintana Roo, Yucatán y Campeche), aunque también se produce en Baja California Sur, San Luis Potosí, Sonora y Tabasco.
Su origen, de acuerdo con investigaciones científicas, se atribuye desde la zona sur de Brasil hasta el norte de Argentina, llegando al Caribe x migraciones procedentes de Sudamérica.
Pero ¿Cómo y cuándo emigró a Yucatán? Es un misterio. No hay registros arqueológicos, ni escritos. No existe un término en lengua maya para identificarlo, como sí para otros chiles de la región (xcat-ik, yaax-ik, chawa-ik, maax-ik).
De aquí se desprende la creencia de que tanto el fruto como el nombre provengan de los navegantes españoles que lo trajeron a la península desde Cuba.
Pero sí le añadimos que además de su propiedad culinaria, tiene como ningún otro chile otras propiedades, resulta fascinante.
El chile habanero se utiliza en la medicina para fabricar ungüentos que alivian dolores de artritis y puede prevenir la diabetes.
En la industria química se utiliza para realizar la base de algunas pinturas, así como para fabricar algunos gases lacrimógenos.
El habanero es considerado el más picante del mundo; una sola porción tiene 128 mg de potasio, es alto en vitamina C, tiene alto contenido de capsaicina.
Desde 2010, posee la Denominación de Origen, la cual certifica su autenticidad. Más del 50% de la producción total proviene de la Península.
Se exporta principalmente a EU, Japón, Corea del Sur, Italia y Alemania. Por todo esto es el chile más completo y diferente de todos los demás ¡HABLANDO AL CHILE!
