EL 11 DE MARZO DE 2022 CUMPLIMOS 2 AÑOS EN PANDEMIA. Desde entonces, en todo el mundo, + de 451 millones de personas han contraído el virus y al menos 6 millones han perdido la vida a causa de la COVID-19.
DURANTE 2 AÑOS HEMOS ESTADO CONFINADOS, DISTANCIADOS, OBSESIONADOS CON LA LIMPIEZA, CON LAS NOTICIAS, CON LA EPIDEMIOLOGÍA, CON LA BÚSQUEDA DE UNA VACUNA, CON EL ACCESO A UNA DOSIS.
Algunos nos propusimos hacer todo lo posible para no enfermar, otros nos resignamos a que así sería y muchos más — trabajadores esenciales, personas vulnerables— no han tenido alternativas para protegerse.
Hace unas semanas SE DIO A CONOCER UN ESTUDIO CUYOS HALLAZGOS SUGIEREN QUE LA COVID-19 PODRÍA CAUSAR CAMBIOS EN EL TEJIDO Y LA MASA CEREBRAL DE LOS PACIENTES. También que el virus se roba el sentido del olfato. ¿Y numerosos sobrevivientes reportan afecciones duraderas cuya biología apenas comenzamos a comprender o el hecho de por qué hay gente que nunca contrajo el virus a pesar de estar expuesta a personas enfermas?
Desentrañar ese y otros enigmas resulta urgente para enfrentar pandemias futuras e, incluso, para terminar de frenar la actual.
Solo en los primeros 2 meses de 2022, según datos de la Organización Panamericana de la Salud, el 63% de los nuevos casos de coronavirus de todo el mundo se registraron en América.
“TODOS QUEREMOS QUE LA PANDEMIA TERMINE, PERO EL MERO OPTIMISMO NO PUEDE CONTROLAR EL VIRUS”, DIJO CARISSA ETIENNE, LA DOCTORA A CARGO DEL ORGANISMO. “ES MUY PRONTO PARA BAJAR LA GUARDIA”.
Scott Small, experto en la ciencia de olvidar y recordar, asegura que olvidar parte del trauma nos permitirá recordar los aspectos de este tiempo que nos ayudarán a sanar, aunque también como él la asombrosa resiliencia y el sentimiento de espíritu colectivo que surgieron hace 2 años