NEGRO
INVENTANDO A ANNA es la miniserie en boga de Netflix cuyo guión está basado en la historia real de una presunta heredera alemana que burla a la SOCIALITÉ NEOYORQUINA con estafa multimillonaria. Con tan solo 26 años, ésta llamada “influencer” se las ingenió para que la invitaran a las mejores fiestas, a los restaurantes y hoteles + exquisitos, o los destinos más fashionistas y elitistas del planeta, con cargo… ¡a las cuentas de todos!
Esta miniserie nos recordó a muchos personajes, y a uno muy en boga en nuestro destino. No es ruso como ANNA, es venezolano, quien se roza con la socialité, en altas esferas políticas, es invitado a fiestas, viaja en vuelos privados, es habitué de los feudos + chics y gusta del puro hedonismo… Y como ANNA, con cargo a las cuentas de muchos, incluyendo el préstamo para la ejecución de carpas Covid en Chetumal y Cancún al conseguir contratos directos por + de 254 mdp.
Escándalos, amenazas de todo tipo, incluyendo las de muerte a quienes como RACHEL confiaron en ANNA, es lo que pesa ahora sobre sus detractores, exitosos empresarios, constructores del CARIBE MEXICANO, con intachable reputación…
ANNAS es una condición humana y presente a lo largo de la historia. Sin embargo, algo habría que hacerse si sus actuaciones cultivan un clima de violencia, atentan contra la Paz social y contra las arcas del erario público, ya de por sí todo en su conjunto descalabrado como nunca en la existencia de Quintana Roo. ¿Hasta cuándo más ANNA’S?