En el punto álgido de la 2a. Guerra Mundial, el gobierno de Gran Bretaña consideró QUE LOS LIPSTICKS ERAN IMPRESCINDIBLES COMO LEVANTADORES DE MORAL. Desde entonces, las ventas de cosméticos se han posicionado como BARÓMETRO ECONÓMICO EN ÉPOCAS DE RECESIÓN.
El eslogan “BEAUTY IS YOUR DUTY”, (la belleza es tu deber), como publicó en una de sus ediciones la revista Vogue (1941) no tardó en convertirse en un acto de compromiso patriótico inapelable, defendido y reforzado por el mismísimo Winston Churchill, quien entendió que llevar pintalabios rojo HACÍA A LAS MUJERES SENTIRSE FUERTES, SEGURAS Y ATRACTIVAS, sentimientos especialmente preciados en tiempos de crisis, explica a S Moda Rachel Felder, periodista.
Y lo reforzó en su diario el teniente coronel británico MERVIN WILLET GONIN tras liberar el campo de concentración de Bergen-Belsen.
EN ÉL NARRA SU SORPRESA CUANDO LA CRUZ ROJA LLEGÓ AL CAMPO CON UNA GRAN CANTIDAD DE BILETS, UN PEDIDO CONTRARIO A LO QUE HABÍAN RECLAMADO COMO PRIORITARIO.
“No sé quién las pidió, pero me encantaría saberlo. Fue obra de un genio, inteligencia en estado puro. Creo que nada hizo + por estas internas. Las mujeres se tumbaban en la cama sin sábanas ni camisones, pero con los labios rojos. Por fin alguien había hecho algo para convertirlas de nuevo en individuos. Eran alguien, ya no solamente un nombre tatuado en el brazo”, escribió, corroborando que aquel simple producto “les había devuelto su humanidad”.
“Así que en estos días, en los que la gente está lidiando con el estrés, el confinamiento y la pérdida de sus seres queridos, mantener esos pequeños detalles diarios que te hacen sentir normal es muy importante. El pintarse los labios de ojo cada mañana empodera”, asegura Felder, autora del libro Red Lipstick: An Ode to a Beauty Icon.