Dicen que es mejor liberar antes que dejar el pensamiento atravesado en la garganta. Me refiero a la forma en cómo se dio a conocer -y no dudo que haya también un fondo-, el desarrollo del millonario y polémico proyecto Grand Island Cancún, que según la 4T “revolucionará” la actividad turística del destino y de México.
Cuando se tiene un mal antecedente como el de este proyecto, ya antes rechazado por todo lo que implica, y conocimiento sobre la vulnerabilidad de la zona donde pretende desarrollarse, no me cabe en la cabeza cómo PUDO TOMARSE TAN A LA LIGERA Y PRESENTARSE CON “BOMBO Y PLATILLO” en la desgastada mañanera de AMLO, y por si fuera poco ya con su permiso ambiental… Alerta uno.
Es mucho dinero, mil millones de dólares y tres mil habitaciones, suena a algo grande y entonces viene a mi mente el agradecimiento que hizo el presidente al empresario David Serur Edid, uno de los involucrados, a quien consideró decano del sector inmobiliario y “CUYA INTERVENCIÓN FUE FUNDAMENTAL PARA LA CONSTRUCCIÓN DE LOS SEGUNDOS PISOS DEL PERIFÉRICO EN LA CIUDAD DE MÉXICO”… ALERTA DOS.
Ahora la papa caliente está EN MANOS DEL AYUNTAMIENTO DE BENITO JUÁREZ, instancia a cargo de la autorización de los permisos correspondientes… ALERTA ROJA.
