POR SI EL CORONAVIRUS FUERA POCO, todo indica que Cancún tendrá que enfrentar en solitario la recuperación posterior, SIN EL CONCURSO DEL GOBIERNO FEDERAL, CUYO EQUIPO DE TURISMO SE ENCUENTRA POR COMPLETO DESARTICULADO.
Un aliado confiable, el CPTM, ya no existe. El Fonatur turístico tampoco, dedicado en exclusiva al Tren Maya. Y la Sectur ha perdido toda credibilidad: no tiene ideas ni propuestas y su titular parece extraviado, alegando que la pandemia es benéfica porque representa el fin del capitalismo salvaje.
Por otras razones, tampoco se puede esperar mucho del Gobierno del Estado. Aunque su estrategia de PROTEGER A LA GENTE ES DIGNA DE APLAUSO, repartir despensas y pagar cuentas ajenas provocará una sangría de tal magnitud, que las arcas estatales no podrán aportar gran cosa a la recuperación.
TENDRÁ QUE SER EL SECTOR PRIVADO, Y EN ESPECIAL LOS HOTELEROS, quienes asuman la tarea. Sin apoyos fiscales, sin programas de rescate, sin promoción oficial. No se ve fácil…
