BENJAMÍN DE LA PEÑA
Saca de su sombrero todo tipo de suertes, y el Rally Maya México, inscrito en el Top 10 de las carreras automovilísticas del mundo, es una de éstas. Y sin querer queriendo, BENJAMÍN DE LA PEÑA la ha convertido en una orgánica, disruptiva y exitosa estrategia de promoción turística de la Península de Yucatán con importante repercusión financiera en la región, y va por el Mundo Maya en su próxima edición.
Benjamín, ¿Cuándo descubriste que eras OVEJA NEGRA?
Yo creo que desde que nací… es algo que se trae… sí y a veces me descarrié, pero seguimos aquí incorporándonos al rebaño.
-¿Cómo te describes en 3 adjetivos?
Honesto, emprendedor y una persona que le gusta ayudar a la gente.
-¿Cómo te inicias en el mundo del automovilismo clásico?
Desde pequeño, porque mi padre era un apasionado de los automóviles. Me acuerdo que le gustaba hacer mecánica en los carritos que tenía, y se me quedó muy grabado. Así que cuando pude estar en una situación económica viable dije ‘ahora sí vamos a jugar con los carritos’. Llevo más de 25 años coleccionando automóviles que derivaron en el primer museo del automovilismo privado en el sureste de México.
-¿Qué te inspiró?
La pasión siempre la hubo por los automóviles, la inquietud también. Recuerdo que de pequeño mi padre me llevaba a ver la Carrera Panamericana, así que este museo está dedicado a esa carrera.
-¿Cuántos autos tienes?
Poseo 52 automóviles que logré con mucho sacrificio.
-¿Tienes planeado abrir el museo al público?
Quiero crear un museo en forma para que sea orgullo de Cancún, aunque he tenido la inquietud de llevarlo a Valladolid. Sin embargo, requiero de la iniciativa privada para asociarnos y concretarlo. Pretendo crear un museo de nivel mundial; hay gran cantidad de gente apasionada de los autos clásicos.
-En ese microcosmos de automóviles clásicos, ¿cuál es tu acervo?
Ni los dueños de la actual Carrera Panamericana tienen todo el acervo que poseo. Tengo la historia gráfica de toda la Carrera Panamericana, con más de 20,000 fotografías y 200 horas de video, desde su inicio en 1950. Fue una iniciativa del presidente Miguel Alemán para dar a conocer a México por las redes carreteras desde Ciudad Juárez a Chiapas.
-De una afición a un museo, y de un museo a un Rally…
A los 50 y tantos años, empecé a correr con mis hijos la Carrera Panamericana. La corrimos 6 veces hasta que ganamos en nuestra categoría en 2012 en un Morris Cooper, y dije “hasta aquí”, y se me ocurrió hacer un rally, no de velocidad, sino de regularidad.
-¿En qué consiste?
Las velocidades son de 70-75 km/h, no necesitas un uniforme, casco o zapatos especiales, puedes ir en short, aunque es muy difícil esta competencia.
-¿Qué te impulsó a organizarla?
Siempre he dicho ‘piensa en grande, para hacer cosas en grande’, y así sucedió. Cuando me metí a hacer lo del Rally Maya dije ‘este evento tiene que ser mundial’. Y así, con inusitado éxito hemos llegado a la novena edición.
-¿Cómo fue el proceso?
Dicen que no hay valor más grande que el del tontejo, y efectivamente, cuando no sabes, te lanzas a hacer las cosas. Al principio decían ‘¿quién es este chango que está organizando un evento así, que cobra tanto?’. Me costó mucho trabajo. Gasté mucho dinero, pero cacareé tanto el huevo, que dije ‘se tiene que hacer’, y lo hicimos.
-¿Cómo engrosaste la convocatoria?
Al inicio fueron 134 automóviles. Dicen que ‘a la gorra nadie le corre’, entonces invité a gente de clubes de automóviles clásicos de todo México y vinieron muchos. Y aunque nunca me vi en un problema de logística, decidí reducirlo a 120 automóviles. No puedo subirme más por la cuestión de hospedaje; hay lugares dentro de la ruta que no tienen la infraestructura. El Rally dura 10 días, es un evento muy interesante y de los eventos más largos que hay en el mundo.
-¿Cómo soportas técnicamente este evento?
Utilizó mi staff un mes antes, son 90 personas, pero en el kilometraje van médicos, mecánicos, tráilers, doctores, más aparte la Guardia Nacional, la Policía de Caminos, los marinos, las policías estatales. Es un evento que está muy bien organizado y con las autorizaciones de las federaciones mundiales, las federaciones mexicanas.
-¿Qué alcance ha tenido?
Estamos reconocidos por las federaciones mexicanas de automovilismo y las federaciones internacionales como dentro de los 10 mejores eventos del mundo, y eso es una muy grande satisfacción.
-¿Cómo se te ocurre involucrar a toda la Península de Yucatán?
Me decía el gobernador de Yucatán Mauricio Vila: ‘‘Benjamín yo creo que no hay persona que conozca más la Península de Yucatán como tú’; y efectivamente, se trata de promoverla. Quiero devolver algo de lo que me ha dado Quintana Roo y la Península. Así que cada año creó una ruta diferente, en la que incluyo poblaciones muy chicas para que los participantes conozcan de sus costumbres, de las bellezas naturales y sobre todo, dejarles importante derrama económica a toda la zona.
-¿La tienes estimada?
Fíjate, son 120 automóviles (2 por unidad), más invitados, más el staff. Esto involucra aviones, hoteles, restaurantes, combustible, más otras industrias que se ven cada año beneficiadas con este rally, además de asociaciones civiles con necesidades.
-¿Cuentas con el apoyo gubernamental de las entidades involucradas?
Sí lo tenemos, en logística, pero no en el aspecto económico. Es un evento muy caro, de más de 2 millones de dólares. Las puras inscripciones no son suficientes para soportar todos los gastos, entre hoteles, comida, premios, eventos, actividades culturales y deportivas a lo largo de 10 días.
-¿Hasta dónde quieres llevar la carrera Rally Maya México?
Hasta que seamos el Rally número 1 del mundo, y lo vamos a lograr en poco tiempo. Ya estamos organizando la décima edición y va a hacer un gran evento con gente de todo el mundo, ex pilotos profesionales, hijos de pilotos profesionales. Traeremos al presidente mundial de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), que es un árabe, amigo mío. Igualmente al de la FIDA, la otra federación internacional. Él es un holandés. Y estarán las 2 federaciones de México.
-El Rally en la promoción del Mundo Maya…
Quiero promover el Mundo Maya y en la próxima edición vamos a integrar a la ruta 2 estados más: Tabasco y Chiapas, que completarán las millas de Campeche, Yucatán y Quintana Roo para promoverlos turísticamente. En todo su conjunto hay una vasta riqueza cultural y de bellezas naturales que debemos enseñar al mundo entero.
-¿Qué aparato de promoción emplearás para concretarlo?
Participaremos con un stand en las 5 ferias de automovilismo más importantes a nivel mundial. En California, en Florida, Italia, Alemania e Inglaterra. Pensamos y actuamos en grande y eso hace el éxito turístico.
PROMOCIÓN DE MÉXICO
-Benjamín, ¿qué opinas de la actual promoción de nuestro país a nivel mundial?
Se ha criticado mucho los proyectos del presidente de México. La cuestión de la Refinería Dos Bocas, el Aeropuerto Felipe Ángeles y el Tren Maya; yo no estoy muy de acuerdo en todos esos proyectos en los que se ha gastado mucho dinero, y otra de las cuestiones que sí me preocupa mucho, que todo se lo estén dando a los militares, eso yo lo veo delicado. Y la cuestión es de que el dinero que era para la promoción turística de México se va para el Tren Maya, se va para otras cosas, lo veo muy complejo porque realmente el turismo es parte de la economía de México y si descuidamos la promoción, creo que no vamos a llegar a ningún lado, por eso yo estoy haciendo esto, aportando un granito de arena para promover el turismo, el turismo carretero, la península de Yucatán y voy por el Mundo Maya.
– Y ya que tú has hecho las rutas en la península ¿ves viable el Tren Maya?
Tengo mis dudas, porque primero, ¿quién va a viajar por el Tren Maya? Segundo, ¿quién va a retroalimentar económicamente al Tren Maya? Si de ahí es que están sacando el dinero de la promoción turística de México.
FILANTROPÍA
-En el tema de filantropía, ¿cómo contribuye el Rally Maya México?
Desde la primera edición este Rally Maya tomó una vocación de labor social, ayudando a diversas asociaciones. Los primeros 5 años ayudamos a la Asociación de Niños con Diabetes Tipo 1, pero también a niños con síndrome de Down, con autismo y está última edición a niños con cáncer terminal.
-En ese sentido ¿cómo ha permeado en los patrocinadores?
La empresa relojera, Frank Müller, que hace relojes con ediciones muy especiales, decidió dar un porcentaje, directamente a una asociación que yo determine. Hemos juntado entre 400 mil o 600 mil pesos en ayuda a la Asociación de Niños Diabéticos Tipo 1, durante cinco años. A la fecha, con la Fundación Oasis, cada año hacemos un campamento al que vienen 50 niños Diabéticos Tipo 1 de todo México, a quienes les apoyamos con médicos, nutriólogos, capacitadores. En esta edición se juntó 1 millón 400 mil pesos para la asociación de niños con cáncer terminal porque hubo aportaciones de automovilistas participantes.
-¿Y han tenido eco con fundaciones internacionales?
Hay una fundación de hospitales Shriners, de los masones a nivel mundial, que fabrican prótesis y hacen operaciones a jóvenes de menos de 18 años, sin costo alguno. Con ellos estamos canalizando a niños con algún problema físico. Entonces no únicamente es la competición de los autos, sino la labor social, que es lo que más me motiva.
BENJAMÍN AL DESNUDO
-¿Qué te enseñó la pandemia?
Ser más humano, estar más con mi gente, buscarla y apapacharla. Creo que fue una enseñanza para todo el mundo, y que no somos nada, como decía un poeta.
-¿Cuál ha sido el mayor quiebre en tu vida?
En 2019 tuve un accidente automovilístico. Estuve 9 días en terapia intensiva, perdí el riñón izquierdo, estuve a punto de morirme, la libramos. Pero fue por este accidente que me detectaron y me sacaron un tumor de 5 cm. que resultó maligno y a punto de reventar, y si eso hubiera ocurrido, me hubieran quedado 6-7 meses de vida. Ha sido una cosa excepcional, yo creo que dijeron allá arriba ‘tienes que seguir haciendo algo acá’.
-Si hubiera una película que definiera tu vida, ¿cuál sería?
“Ahora o nunca”, que versa sobre dos hombres enfermos que cumplen la lista de sus deseos antes de morir.
– ¿Algún trauma?
No, fíjate que no. Aunque de chico tuve un accidente en el que perdí parte de mis dedos de la mano izquierda, no tuve ningún trauma, en lo absoluto.
-Si fueras un automóvil clásico, antiguo, ¿cuál serías?
Un Porsche, 1973; un auto primoroso.
-¿Y qué milla te gustaría ser?
¡La 100,000!
-¿A qué milla no te gustaría regresar?
No me arrepiento de lo que ha sido mi vida, ni de niño, ni de joven, ni de adulto maduro. He sido un hombre muy feliz con muchas bendiciones.
-¿Tu mayor acierto?
Haberme casado con mi mujer Paty.
-¿Tu mayor error?
No haber hecho dinero antes, cuando tuve las oportunidades.
-¿Te han trasquilado?
Sí, sí, bastante. Pero ¿sabes qué,? vas aprendiendo en quién confiar, en quién no; son las lecciones de la vida.
-¿Te gustaría trasquilar a alguien?
En buena onda sí.
-¿Qué palabra te tatuarías?
Una palabra no, una golondrina, y ¿sabes por qué? Por la canción “Golondrinas de un solo verano // Con ansias constantes de cielos lejanos // Alma criolla, errante y viajera // Querer detenerla es una quimera”….
-¿Cuál es tu grosería favorita?
Una que aprendí aquí con los yucatecos: “mente-
cato”.
-¿Cómo vives tu sexualidad?
Muy bien, todavía respondemos no obstante de que este año cumplo ¡79 años! Jajaja
-¿Cuáles son tus placeres culposos?
No tengo ni un sólo placer culposo, todos mis placeres son a todo dar…
-Si fuera tu última cena, ¿cuál sería tu menú?
Un pozole blanco tipo Jalisco, y de bebida, con un tequilita o un mezcalito.
– Si vieras a Dios por primera vez ¿qué le dirías?
¿Por qué me invitaste a estar contigo?
-¿Qué te gustaría dejar co-mo legado?
Un museo bien puesto de autos clásicos aquí en la península y la continuación del Rally Maya México.
– ¿Qué te gustaría que dijera tu epitafio?
Fíjate que se lo pedí al Cronista de Cancún, Fernando Martí, y que inclusive en la iglesia, lo dijera, pero ¡no me lo ha entregado el condenado!
-Y hoy te declaras OVEJA NEGRA por…
¡Por mis calzones!